Daniel A. Helminiak
Desde sus inicios, la psicología moderna ha luchado por ser una ciencia genuina. Las impresionantes ciencias naturales establecieron el estándar; y especialmente en la era del conductismo, la psicología trató de igualarlas. Pero las cosas humanas son mucho más sutiles, complicadas, variables, incluso misteriosas, comparadas con la física y la química. Además, se avecina un desafío aún mayor: la psicología también sufre el omnipresente dilema posmoderno: el escepticismo insidioso y el relativismo cultural. Ahora no solo empañan el mundo académico, sino que también fragmentan y confunden a nuestras comunidades, naciones y el mundo. Con las “noticias falsas” y los “hechos alternativos”, el problema se ha vuelto popular, no solo académico. No existe consenso sobre el significado de la verdad y la bondad ni sobre los medios para conocerlas. Bernard Lonergan ofrece una solución a estos desafíos.