Ljiljana Martac*, Jelena Podgorac, Branka Petkovic, Gordana Stojadinovic
El aluminio es considerado el metal más ampliamente distribuido en la naturaleza y la industria y se utiliza ampliamente en productos y procesos asociados con la actividad humana. La contaminación puede ocurrir por aire, agua, alimentos, aditivos, medicamentos, vacunas, cosméticos, agroquímicos, etc. El aluminio es reconocido como un elemento altamente neurotóxico en animales y humanos relacionado con varias enfermedades como la enfermedad de Alzheimer y Parkinson, trastornos motores neurodegenerativos, encefalopatía, demencia, esclerosis lateral amiotrófica, esclerosis múltiple y autismo. Existen muchos modelos animales en ratas desarrollados para investigar la neurotoxicidad del aluminio. Sin embargo, los mecanismos moleculares de su acción aún no están resueltos, y los mecanismos de daño y concentraciones de seguridad aún son muy discutidos. El cerebro es el sistema más susceptible a los daños provocados por la exposición al aluminio, como estrés oxidativo, dishomeostasis del hierro, cambios en la neurotransmisión, alteración inmunológica y proinflamación, genotoxicidad, transformación y desnaturalización de péptidos, cambios en la actividad enzimática, perturbación de la membrana, apoptosis, necrosis y displasia. Una nueva investigación sobre la neurotoxicidad del aluminio incluye la evaluación de la neuroprotección y la identificación de nuevas sustancias como fármacos potenciales.