Christiana R Dallas y Curtis H Harris
El control de las enfermedades infecciosas ha sido una preocupación de las poblaciones humanas a lo largo de la historia. Los acontecimientos históricos más recientes del síndrome respiratorio agudo severo-coronavirus (SARS) y la enfermedad del virus del Ébola (EVE) pusieron de relieve la necesidad de medidas de salud pública que pudieran controlar eficazmente la propagación de enfermedades infecciosas en el entorno contemporáneo cada vez más globalizado. Para prevenir futuras epidemias de este tipo, se deben identificar controles de enfermedades más eficaces e incluirlos en los futuros esfuerzos de preparación. Las epidemias de SARS y EVD no sólo acentuaron las debilidades de la respuesta de salud pública, sino que también dieron lugar al descubrimiento de intervenciones que prometen proporcionar beneficios a las futuras respuestas a las enfermedades infecciosas. Aquí se analizan específicamente dos formas de intervención: la vigilancia mundial de enfermedades y el aislamiento y la cuarentena. El uso de la cuarentena sin aislamiento y viceversa puede hacer más daño que bien. La respuesta en el futuro a eventos como los brotes de SARS y EVD no debe consistir únicamente en utilizar estos controles de enfermedades individuales como herramientas solitarias, sino en conjunto como un sistema cohesivo, que también utilice la experiencia local. La cuarentena y el aislamiento pueden ser beneficiosos tanto para el individuo como para la comunidad cuando se implementan correctamente. Para que la respuesta tenga éxito, es imprescindible utilizar la cooperación local en materia de cuarentena, aislamiento y vigilancia. Comprender cómo funcionan estas relaciones en conjunto ayudará a implementar mejor estas medidas de control de enfermedades en el futuro.