Sihem Attou
La tuberculosis en pacientes con trasplante renal es una infección oportunista muy frecuente con predominio de localizaciones extrapulmonares. Puede tener un impacto significativo en la morbilidad y la mortalidad. El riesgo de desarrollar tuberculosis después de un trasplante renal es de 50 a 100 veces mayor que en la población general. La infección por Mycobacterium tuberculosis sigue siendo temible por su atipia clínica, sus dificultades diagnósticas y terapéuticas.
La tuberculosis (TB) es una enfermedad infecciosa causada generalmente por la bacteria Mycobacterium tuberculosis (MTB).[1] La tuberculosis afecta principalmente a los pulmones, pero también puede afectar a otras partes del cuerpo.[1] La mayoría de las infecciones no muestran síntomas, en cuyo caso se la conoce como tuberculosis inactiva.[1] Alrededor del 10% de las infecciones inactivas progresan a una enfermedad activa que, si no se trata, mata a aproximadamente el 50% de los afectados.[1] Los grandes efectos secundarios de la TB activa son una tos crónica con secreción sanguinolenta, fiebre, sudores nocturnos y pérdida de peso.[1] Generalmente se le denominaba "utilización" debido a la pérdida de peso.[8] La infección de diferentes órganos puede causar una amplia gama de síntomas.[9]