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Abstracto

Pediatría clínica 2018: Osteoporosis pediátrica: lo que sabemos y lo que se avecina - Sasigarn a Bowden - The Ohio State University

Sasigarn y Bowden

La osteoporosis se define como una enfermedad esquelética sistémica caracterizada por una pérdida de la resistencia ósea y un deterioro de la microarquitectura del hueso, que conduce a fracturas por fragilidad. La osteoporosis es una de las principales enfermedades no transmisibles. La prevalencia de la osteoporosis y sus consecuencias (es decir, fracturas por fragilidad) está aumentando en todo el mundo en consonancia con el envejecimiento de la población mundial. Las fracturas osteoporóticas se producen cuando una presión mecánica aplicada en la parte inferior supera su fuerza. Las zonas de fractura más habituales son el cuerpo vertebral, el fémur proximal, el húmero proximal y el radio distal. Las fracturas por fragilidad son el resultado de un traumatismo de baja energía debido a fuerzas mecánicas equivalentes a una caída desde una posición de pie o inferior, que normalmente no provocarían una fractura. En la actualidad se acepta que la fragilidad esquelética implica una densidad ósea reducida y una mala calidad ósea, caracterizadas por cambios en la arquitectura ósea, la geometría ósea y las propiedades materiales de los componentes microestructurales, por ejemplo, el colágeno y los minerales, así como la presencia de microlesiones.

La osteoporosis, que en el pasado se consideraba un problema de salud exclusivo de los adultos mayores, se ha reconocido ahora como una afección que también se observa en pacientes pediátricos. La concienciación entre los pediatras es fundamental para reconocer a los pacientes en riesgo de desarrollar osteoporosis. Las fracturas pasadas y los dolores de columna son indicadores clínicos, y el bajo grosor cortical y la baja densidad ósea son indicadores radiológicos de fracturas. La osteogénesis imperfecta (OI) es una enfermedad poco común y debe tratarse en unidades pediátricas terciarias con la capacidad multidisciplinaria necesaria. El manejo actual de la OI se centra en los resultados prácticos en lugar de simplemente mejorar el grosor del hueso mineral. Si bien el tratamiento de la OI se ha mejorado enormemente durante las últimas décadas, esta afección hereditaria incesante tiene algunos inconvenientes inevitables, inadecuadamente tratables y discapacitantes. Las fracturas vertebrales pueden provocar escoliosis o cifosis y, dado que pueden ser clínicamente asintomáticas, es fundamental que las fracturas vertebrales se diagnostiquen en los niños con precisión y en una etapa temprana, para que se pueda realizar la atención clínica necesaria. Las fracturas vertebrales pueden producir escoliosis o cifosis y, dado que pueden ser clínicamente asintomáticas, es fundamental que las fracturas vertebrales se diagnostiquen en los niños de forma precisa y temprana, para que se pueda realizar la atención clínica importante.

La osteoporosis en niños tiene una amplia gama de etiologías y se clasifica en dos grupos: osteoporosis primaria o enfermedad ósea genética y osteoporosis secundaria debido a enfermedades crónicas subyacentes. En los niños afectados, se debe evitar un mayor debilitamiento de los huesos limitando la exposición a medicamentos osteotóxicos y promoviendo una nutrición que incluya calcio y vitamina D. El diagnóstico de osteoporosis en niños no debe realizarse basándose únicamente en criterios densitométricos. La presencia de fragilidad ósea con antecedentes de fracturas clínicamente significativas y una densidad ósea significativamente baja son necesarios para el diagnóstico de osteoporosis pediátrica. La vertebral en ausencia de traumatismo de alta energía o enfermedad local es patognomónica de osteoporosis y puede permitir el diagnóstico sin detectar una densidad ósea significativamente baja. Tradicionalmente, el diagnóstico de fracturas vertebrales osteoporóticas se ha realizado a partir de radiografías laterales de la columna; En cualquier caso, pocas investigaciones han indicado que la absorciometría de rayos X de doble energía sea equivalente a las radiografías para reconocer fracturas vertebrales en niños, al tiempo que permite una menor introducción de radiación. El hallazgo de fracturas vertebrales mediante absorciometría de rayos X de doble energía se denomina evaluación de fracturas vertebrales. Los sistemas de puntuación existentes para la evaluación de fracturas vertebrales en adultos se han estudiado para su uso en niños, pero no existe una estandarización y la confiabilidad del observador es variable.

El control de la salud ósea debe incluir la detección de fracturas vertebrales, que son frecuentes y frecuentemente asintomáticas en niños con factores de riesgo de osteoporosis. Otros estudios de diagnóstico incluyen marcadores bioquímicos del recambio óseo, densidad mineral ósea mediante absorciometría de rayos X de energía dual, así como imágenes de la columna vertebral mediante imágenes de columna lateral por densitometría. Se han estudiado los marcos de puntuación existentes para la evaluación de fracturas vertebrales en adultos para su uso en niños, pero no existe una estandarización y la confiabilidad del observador es variable. Esta encuesta escrita recomienda la necesidad de un instrumento semiautomático que permita un descubrimiento cada vez más confiable y exacto de las fracturas vertebrales en niños. La optimización de la salud ósea en niños con osteoporosis incluye el tratamiento de la afección subyacente que causa la fragilidad ósea y la garantía de un ejercicio adecuado con carga de peso, vitamina D y consumo de calcio. Se deben ofrecer agentes farmacológicos a los pacientes con fracturas por fragilidad. Los bifosfonatos se han utilizado con éxito en pacientes pediátricos. Esta conferencia analiza los últimos avances en la evaluación y el tratamiento de la osteoporosis pediátrica.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado