Adriana Campa, Sabrina Sales Martinez, Kenneth E Sherman, Joe Pedro Greer y Yinghui Li
Objetivo: La enfermedad hepática es una causa frecuente de morbilidad y mortalidad en la infección por VIH. Examinamos la relación entre el consumo de cocaína, la progresión de la enfermedad hepática y la mortalidad en una cohorte de personas infectadas por VIH. Métodos: Se obtuvo el consentimiento de 487 participantes VIH+, un subconjunto de la cohorte de Miami Adult Studies on HIV (MASH). Los participantes eran elegibles si se les había hecho un seguimiento durante al menos dos años, habían completado cuestionarios sobre datos demográficos y consumo de drogas ilícitas y tenían paneles metabólicos completos, recuentos de células CD4 y cargas virales de VIH. Se calculó el FIB-4 y se utilizaron puntos de corte para la estadificación de la fibrosis hepática. Se obtuvieron certificados de defunción. Resultados: Los participantes eran 65% hombres, 69% negros y 81% estaban en TAR en el momento del reclutamiento. El 32% de los participantes consumía cocaína y el 29% estaban coinfectados con VIH/VHC. La edad media fue de 46,9 ± 7,7 años, el recuento medio de células CD4 fue de 501,9 ± 346,7 células/μL y la carga viral media fue de 2,75 ± 1,3 log10 copias/mL al inicio del estudio. Durante el seguimiento, 27 pacientes murieron, con una tasa de mortalidad de 28,2/1000 persona-año. El 48% de los que murieron consumieron cocaína (la tasa de mortalidad específica fue de 13/1000 persona-año). Los que murieron tenían más probabilidades de consumir cocaína (HR = 3,8, P = 0,006) y de tener fibrosis hepática más avanzada (HR = 1,34, P < 0,0001), ajustando por edad, sexo, recuento de células CD4 y carga viral del VIH al inicio y a lo largo del tiempo. Entre los participantes monoinfectados con VIH, los consumidores de cocaína tenían 5 veces más probabilidades de morir (OR=5,09, P=0,006) que los participantes que no consumían cocaína. Conclusión: El consumo de cocaína y la fibrosis hepática son predictores sólidos e independientes de mortalidad en adultos infectados con VIH y coinfectados con VIH/VHC. Se necesitan intervenciones efectivas para reducir el consumo de cocaína entre las personas que viven con VIH.