Ken Nagata, Takashi Yamazaki y Daiki Takano
Los estudios epidemiológicos revelaron que existen factores de riesgo comunes en la enfermedad de Alzheimer (EA) y la demencia vascular (DVa). Se pueden clasificar en cuatro categorías principales: factores de riesgo demográficos, genéticos, vasculares y de comorbilidad. El factor de riesgo demográfico incluye género, edad, antecedentes, años de logro educativo y ocupacional. El género masculino es un factor de riesgo para la DVa y el accidente cerebrovascular, mientras que el género femenino se conoce como un factor de riesgo para la EA. Los factores genéticos para la DVa pueden incluir la DVa familiar como CADASIL. ¿Sabes que ApoE? 4 es el posible factor genético común tanto para la DVa como para la EA. Los factores de riesgo del estilo de vida resultan ser la obesidad, la falta de actividad física, el tabaquismo, el consumo excesivo de alcohol y ciertos factores psicosociales. Los factores de riesgo vascular abarcan la hipertensión en la mediana edad, la hipotensión en la vejez, la diabetes mellitus, la dislipidemia, la insuficiencia cardíaca congestiva, el infarto de miocardio, la arritmia y la enfermedad renal crónica. Se sugiere que el manejo eficaz de estos factores de riesgo vascular puede prevenir la aparición de demencia y deterioro cognitivo. Los ensayos aleatorios controlados con placebo de fármacos antihipertensivos mostraron que la terapia antihipertensiva puede reducir el riesgo de DVa así como de EA. El bajo gasto cardíaco debido a hipotensión y/o insuficiencia cardíaca congestiva se ha considerado un factor de riesgo para el deterioro cognitivo y la demencia, especialmente en pacientes ancianos cuya autorregulación del flujo sanguíneo cerebral está alterada. Aunque se necesita más investigación, esas evidencias pueden respaldar una justificación para el manejo eficaz de los factores de riesgo vascular en la prevención de DVa así como de EA. Se estima que la enfermedad de Alzheimer (EA) y el deterioro cognitivo vascular (DVC) son la primera y segunda causas principales de deterioro cognitivo irreversible de la edad avanzada, respectivamente. El DVC es un término nosológico relativamente nuevo que tiene en cuenta el espectro de gravedad del deterioro cognitivo asociado con la enfermedad vascular (p. ej., leve, moderado y grave, o el estado completo llamado demencia vascular); el mecanismo fisiopatológico subyacente (p. ej., enfermedad vascular isquémica subcortical, angiopatía amiloide, infarto cortical, etc.); y el potencial de intervención y prevención basado en el mecanismo fisiopatológico de la etapa de “cerebro en riesgo”. Debido a que tanto la EA como el ACV muestran un aumento exponencial en la frecuencia con la edad, la EA y el DCV pueden coexistir como una forma mixta de deterioro cognitivo o la existencia de ACV puede desenmascarar o potenciar la EA.4,5 Se ha planteado la hipótesis de que puede haber un sinergismo entre los mecanismos patogénicos de la EA y el ACV.6 La isquemia cerebral y el amiloide pueden sinergizarse para producir EA y cambios vasculares en el cerebro. Además, se ha propuesto una hipótesis de angiogénesis, que vincula los dos procesos fisiopatológicos. Sin embargo, en un estudio neuropatológico publicado recientemente,Se demostró que los infartos cerebrales contribuían de forma independiente a la probabilidad de demencia, pero no interactuaban con la patología de EA para aumentar la probabilidad de demencia más allá de su efecto aditivo.