Hanus Beatriz
Un tema intrigante que ha captado el interés de muchos científicos es la interacción mente-intestino. Estudios en curso muestran que el microbioma que reside dentro del tracto gastrointestinal parece estar entrelazado con nuestra salud mental a través de su capacidad para modificar las actividades cerebrales conductuales y cognitivas. El microbioma intestinal está presente desde las primeras etapas de la vida, pero continúa siendo afectado por la genética y la epigenética a medida que crecemos. Si se altera, el microbioma puede estar relacionado con diferentes enfermedades crónicas que van desde la diabetes tipo 2 hasta la enfermedad de Alzheimer y la depresión. Se ha descubierto que ciertas cepas bacterianas intestinales están agotadas o aumentadas en personas deprimidas. En este artículo se explorarán estudios basados en evidencia que demuestran que los filos bacterianos están correlacionados con la depresión. Además, se discutirán las implicaciones terapéuticas recientes, ya que existen varios tratamientos.