Revista de VIH y virus retro Acceso abierto

Abstracto

VIH, trastornos por consumo de alcohol y dolor: nuevos hallazgos para abordar el problema

Miguez-Burbano MJ, Espinoza L, Pérez C y Bueno D

Antecedentes: El consumo de alcohol y el dolor son problemas frecuentes entre las personas que viven con VIH/SIDA (PVVS). Por lo tanto, es fundamental aumentar la comprensión de la interacción entre estas afecciones médicas para mejorar la atención médica y la calidad de vida de esta población. Si bien las diferencias de género en el consumo de alcohol y los trastornos del estado de ánimo son ampliamente reconocidas, se sabe poco sobre las disparidades de género en la prescripción de analgésicos y sus correlatos. Igualmente importante es la falta de información sobre el papel de los factores neurotróficos, aunque los modelos animales han demostrado efectos pronociceptivos del BDNF.

Métodos: Utilizando una muestra clínica de personas que viven con VIH/SIDA (PVVS), investigamos la prevalencia y las asociaciones correlacionadas del uso reciente de analgésicos. También evaluamos los efectos del género, el estado de ánimo y los niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF). Los participantes fueron 400 personas que viven con VIH (PVVS) que participaron en el estudio de cohorte PADS.

Resultados: Aproximadamente una cuarta parte (24%) de la muestra informó tomar analgésicos regularmente, y se observó una correlación tanto con los CD4 como con las cargas virales. Los usuarios de analgésicos tenían típicamente más de 40 años. Si eran hombres, los usuarios de analgésicos tenían más probabilidades de ser caucásicos; sin embargo, las mujeres que usaban analgésicos tenían más probabilidades de pertenecer a minorías. Los factores relacionados con el uso de analgésicos también diferían entre hombres y mujeres. Los análisis demostraron que el consumo semanal de alcohol era significativamente mayor en el grupo de analgésicos en comparación con los controles (19,4 ± 3,9 frente a 15,9 ± 1,34 bebidas/semana; p = 0,03). En comparación con los usuarios de alcohol no peligrosos (no-HAU), las mujeres que usaban alcohol de forma peligrosa (HAU) tenían más probabilidades de usar opioides recetados (odds ratio: 4,6; intervalo de confianza del 95%: 1-22,9; p = 0,04). No se observó tal tendencia entre los hombres. Cabe destacar que se observaron puntuaciones más altas tanto de depresión como de estrés entre los usuarios de analgésicos. Las diferencias de género fueron notables; las mujeres que usaban analgésicos mostraron puntuaciones significativamente más altas tanto en depresión (19,6 ± 12,4 frente a 13,6 ± 11,7 puntuación total; p = 0,01) como en estrés (19,4 ± 8,3 frente a 14,9 ± 8,1 puntuación total; p = 0,004), mientras que los hombres no lo hicieron. En nuestros análisis, los niveles de BDNF fueron significativamente más altos entre los sujetos que tomaban analgésicos que entre los que no los tomaban. En los análisis longitudinales, se confirmó que el consumo peligroso de alcohol, los niveles de BDNF y el género se asociaron con mayores probabilidades de usar analgésicos a los 6 meses.

Conclusión: Estos hallazgos resaltan la importancia de diseñar una vigilancia, prevención y tratamiento que tengan en cuenta las cuestiones de género. Nuestros hallazgos amplían investigaciones anteriores al revelar que el BDNF puede explicar aspectos importantes del dolor y el abuso de alcohol. La implicación aparente de estos hallazgos es que las intervenciones dirigidas al BDNF pueden tener un potencial terapéutico considerable en esta población.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado