Stef Stienstra
Compartir información sobre amenazas a la seguridad es un reto para los gobiernos y sus agencias. Especialmente en biotecnología y microbiología, las agencias no saben cómo clasificar o divulgar la información recopilada sobre posibles amenazas biológicas. Existe una frontera vaga entre las amenazas biológicas naturales y las provocadas por el hombre. Un ejemplo es el retraso de varios meses en la publicación de una investigación sobre la transmisibilidad del virus de la gripe aviar H5N1 en la importante revista científica Science realizada por investigadores del Centro Médico Erasmus de Róterdam, Países Bajos. La publicación se retrasó varios meses en 2012 debido a que varias organizaciones querían investigar primero si los detalles podrían ser mal utilizados por personas malintencionadas. En el estudio, los investigadores muestran que solo fue necesario un pequeño número de mutaciones para cambiar el virus H5N1 de modo que pueda propagarse a través del sistema respiratorio entre mamíferos. Esto implica que no se puede descartar el riesgo de una pandemia de H5N1. Por otra parte, esta información se puede utilizar para desarrollar nuevas terapias y/o vacunas contra la gripe. También proporciona información sobre el mecanismo de la enfermedad, lo que ayuda a la prevención. Los mismos argumentos son válidos para los anticuerpos terapéuticos, como los que se desarrollan para tratar el ántrax. Tienen una afinidad extremadamente alta por los factores letales de la bacteria y detienen la enfermedad, pero los mismos anticuerpos podrían usarse indebidamente para seleccionar las cepas más patógenas. Los microorganismos tienen por naturaleza la capacidad de reorganizarse y cambiar su patogenicidad, lo que podría llevar a una propagación pandémica de una enfermedad. Pero si la enfermedad es demasiado infecciosa y mortal, como lo son algunas cepas del virus del Ébola, la letalidad será localmente limitada. Pero si el tiempo de incubación es más largo en una determinada cepa de un virus del Ébola, los riesgos de epidemias e incluso de pandemia son mucho mayores. El conocimiento de estos mecanismos naturales de mutación podría usarse indebidamente para convertir a los microorganismos en armas. Permite la ingeniería de la letalidad, como se hace con algunas cepas de ántrax. ¿Se consideran estas técnicas de laboratorio ciencia pública o deberían estar clasificadas? Los académicos quieren publicar y compartir información para el progreso de la ciencia y para encontrar aplicaciones útiles. Los científicos de Rotterdam se enfadaron mucho cuando se bloqueó la publicación de sus investigaciones y temieron que otros grupos fueran los primeros en publicar una parte de los resultados experimentales obtenidos. La bioseguridad ya es una práctica habitual en microbiología, pero la bioseguridad sigue siendo a menudo cuestionable. Un "Código de conducta", como el que ha desarrollado la Academia Holandesa de Ciencias, sería de gran ayuda, especialmente para el llamado riesgo interno. Hay que desarrollar programas educativos para la identificación y evaluación de riesgos y amenazas a la seguridad, para que los científicos sean conscientes de las amenazas biológicas y para que los funcionarios gubernamentales puedan racionalizar la amenaza real, sin perjudicar el progreso de la ciencia.
Nota: Este trabajo fue presentado en la 8va Edición de la Conferencia Internacional sobre Enfermedades Infecciosas del 7 al 8 de junio de 2018, Londres, Reino Unido.