Jennifer Tavares-Kitchen, Kelsey Seaborg, Rabi F Sulayman, Laila Younes, Jean Smith y Mary Clark
Introducción:
El diagnóstico es una de las tareas más importantes que realizan los proveedores de atención primaria. Los errores de diagnóstico pueden provocar daños al paciente debido a pruebas o tratamientos erróneos o tardíos. Han surgido como una prioridad mundial en materia de seguridad del paciente. Esta monografía saca a la luz cuestiones entre los Estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las metodologías que podrían implementarse para reducir los errores de diagnóstico en la atención primaria. Después de describir la metodología adoptada para incorporar información, la monografía describe la importancia de inspeccionar los errores de diagnóstico; los tipos de errores de diagnóstico más ampliamente reconocidos en la atención primaria y las posibles soluciones. El error de diagnóstico se define como la falta de establecimiento de una explicación precisa y oportuna de los problemas de salud del paciente o de comunicación de esa explicación al paciente. Básicamente, se trata de diagnósticos que se posponen, son erróneos o se pasan por alto por completo.
La implementación de iniciativas de seguridad del paciente que se centran en la prevención de errores médicos relacionados con el proceso ha tenido mucho éxito en la reducción de infecciones adquiridas en el hospital y errores de medicación y quirúrgicas. En cualquier caso, los errores cognitivos que dan lugar a análisis tardíos, omitidos o erróneos (un número significativo de los cuales provocan daños graves y enormes sanciones económicas) siguen persistiendo. Rara vez se informan o se abordan y ningún hospital en los EE.UU. UU. Contabiliza los errores de diagnóstico, a pesar de que son más básicos para decidir los resultados que cualquier otro tipo de error. Las causas exactas y las estrategias de intervención siguen siendo esquivas. Se han propuesto varias teorías y se han identificado varios factores contribuyentes, pero el debate sobre un modelo preciso y preventivo continúa sin consenso. La mayor parte de la literatura publicada se basa en análisis retrospectivos y hallazgos de autopsias de cuentos errores. Hemos decidido iniciar un estudio prospectivo para distinguir los errores de diagnóstico en tiempo real y examinar las causas y los componentes necesarios para construir un modelo estandarizado y eficaz de prevención.
Materiales y métodos:
El estudio comenzó en marzo de 2017 y está en curso. En la primera fase de nuestro estudio, decidimos analizar cómo funciona el modelo de prestación de atención al paciente en las unidades de pacientes hospitalizados. Utilizamos el modelo de rondas de pacientes centrados en la familia. El equipo está dirigido por un miembro de la facultad (médico de hospital) además de las enfermeras y los aprendices (residentes y estudiantes de medicina). Nos centramos en los pisos médico-quirúrgicos y no incluimos las unidades de cuidados críticos. Los estudiantes de medicina fueron relegados a observar el funcionamiento del equipo durante todo el período de los turnos de 12 horas y terminaron estas percepciones durante 15 movimientos que abarcaron los turnos de mañana, tarde y fin de semana en dos unidades separadas. Los parámetros de observación incluyen la frecuencia y la duración del tiempo que cada uno de los miembros del equipo dedicó a la atención en la cama, la entrega de medicamentos, la utilización del registro médico electrónico (EMR) y la supervisión de la atención. También definimos lo que constituye un error médico y solicitamos el recuento voluntario y la notificación de dichos errores a medida que ocurran. Se completaron los periodos de observación para el personal de enfermería. Los períodos de observación del resto de los miembros del equipo aún están en curso. Se registraron los períodos de tiempo más cortos y más largos que un cuidador médico tardó en completar sus tareas y se determinaron las medianas.
Resultados y conclusión:
Las enfermeras dedicaron unos 15 minutos a la cabecera del paciente, cinco minutos a la dirección de recetas, 45 minutos a la historia clínica electrónica por cada turno de 12 horas y 150 minutos a participar en las rondas centradas en la familia ya dar de alta a sus pacientes. Esto supone unas cuatro horas de un turno de 12 horas, y el resto se dedica a actividades relacionadas con el paciente, pero no a la atención directa. Las observaciones iniciales del resto de los miembros del equipo muestran que se podría mejorar la accesibilidad del tiempo y la supervisión directa de los alumnos por parte de los médicos superiores. Estos resultados sugieren que los componentes básicos de un modelo para prevenir errores de diagnóstico, por ejemplo, la evaluación continua y habitual de la condición y el progreso de un paciente después de la confirmación, la comprobación e interpretación o la solicitud de diagnósticos adicionales, pueden haber visto confirmados. Es difícil no concluir que el primer paso para desarrollar un modelo para prevenir errores de diagnóstico debería ser modificar el modo en que los miembros del equipo de atención médica funcionan en las unidades de pacientes hospitalizados. Se ha formado un grupo de trabajo especial para investigar esta cuestión y hacer recomendaciones.