Alejandro E. Berezin
Las células progenitoras endoteliales (EPC) se definen como células marcadas positivamente con células madre hematopoyéticas (CD34) y marcadores de células endoteliales predominantemente receptor-2 del factor de crecimiento endotelial (VEGFR2) de forma acumulativa. Por lo tanto, existen al menos dos tipos de EPC marcadas como EPC de crecimiento temprano y EPC de crecimiento tardío, probablemente diferenciadas por su capacidad de protección vascular. Estudios clínicos y animales recientes han demostrado que una cantidad reducida y una función débil de las EPC no solo pueden indicar un mayor riesgo cardiovascular, sino que también contribuyen a la reparación deficiente del corazón y los vasos. Curiosamente, existen algunas subpoblaciones de EPC especialmente reclutadas a partir de células de sangre periférica, que pueden exhibir un efecto proangiogénico y una capacidad de reparación endotelial muy variables y se denominan EPC "preacondicionadas". El objetivo de este breve comentario es describir las posibilidades de uso de la medición de EPC marcadas tradicionalmente como biomarcador del riesgo cardiovascular.