Roanne Marie Lim Yu y Gerry Ho Tan
Antecedentes: El síndrome metabólico (SM) es un conjunto de factores de riesgo cardiovascular que aumentan el riesgo de enfermedad cardiovascular y accidente cerebrovascular. En estudios recientes, el trastorno tiroideo (TD) se asocia con enfermedad cardiovascular debido al efecto de sus hormonas en las funciones del corazón y, por lo tanto, debe considerarse un factor de riesgo cardiovascular independiente. La concurrencia de SM en personas con disfunción tiroidea puede aumentar aún más su riesgo de eventos cardiovasculares. En Filipinas, hay datos limitados sobre la prevalencia del síndrome metabólico en pacientes con disfunción tiroidea y, en la actualidad, no hay pautas locales disponibles sobre el momento óptimo para evaluar a los pacientes con trastorno tiroideo para el síndrome metabólico. Nuestro objetivo fue determinar la prevalencia del SM y sus componentes entre pacientes filipinos adultos con trastorno tiroideo. Métodos: Este es un estudio transversal retrospectivo de 870 pacientes seleccionados al azar previamente diagnosticados con enfermedad tiroidea en una clínica ambulatoria en la ciudad de Cebú desde el año 2004 hasta el 2015. Los datos clínicos se obtuvieron utilizando una base de datos de búsqueda médica electrónica. Se registraron las medidas antropométricas y el IMC. Se revisaron los parámetros de laboratorio que incluían colesterol total, triglicéridos, HDL, LDL y glucosa en sangre en ayunas. Se excluyeron aquellos pacientes que no tenían ninguna evaluación sanguínea para parámetros metabólicos. Solo 487 pacientes fueron incluidos en el análisis final. El análisis estadístico de los datos se analizó utilizando el software IBM SPSS versión 21 y la prueba de independencia de Chi cuadrado con ajuste de prueba exacta de Fisher 2x2, en donde un valor p de <0,05 alfa se consideró significativo. Hallazgos: La prevalencia general de MetS en nuestra población de pacientes con enfermedad tiroidea diagnosticada fue del 46%. MetS se observó en el 54% de los pacientes que presentaban bocio no tóxico, el 40% de los pacientes que presentaban tirotoxicosis y solo el 6% en pacientes con hipotiroidismo. La presencia de MetS fue más común entre las mujeres (81%) con trastorno tiroideo que en los hombres (19%), y más prevalente en el grupo de edad entre 40 y 60 años de edad. Los componentes del síndrome metabólico observados en nuestra población de pacientes fueron dislipidemia (91%), diabetes (88%), obesidad (75%) e hipertensión (67%). No hubo diferencias entre géneros con respecto a los componentes del síndrome metabólico, excepto los niveles de HDL y triglicéridos. Conclusión: En nuestra población de estudio, el síndrome metabólico prevaleció entre los pacientes que presentaban trastorno tiroideo, especialmente en la población femenina mayor de 40 años. Por lo tanto, se recomienda la detección de componentes del síndrome metabólico en todos los pacientes vistos en el ámbito ambulatorio por trastorno tiroideo. Nuestro estudio tiene una implicación clínica válida, ya que los componentes no diagnosticados del síndrome metabólico tendrán un mal pronóstico a largo plazo en términos de morbilidad y mortalidad. El diagnóstico y tratamiento tempranos del síndrome metabólico, especialmente en pacientes con trastorno tiroideo que permanecen asintomáticos, pueden dar como resultado un mejor resultado a largo plazo.