David Bellut
Objetivo: El dolor lumbar es común y el tratamiento quirúrgico puede fallar por muchas razones diferentes, una de las cuales es que los síntomas depresivos y la ansiedad contribuyen a la persistencia de los síntomas. Analizamos prospectivamente los niveles plasmáticos de cortisol y los síntomas depresivos en relación con el resultado del dolor y la calidad de vida después de la fusión instrumentada.
Métodos: Los pacientes (n=50) se sometieron a una fusión instrumentada para el tratamiento del LBP. Antes de la cirugía, los pacientes completaron el Inventario de Depresión de Beck (BDI) y el Índice de Medidas de Resultados Básicos (COMI). Se registraron las variables demográficas y los antecedentes de síntomas depresivos y se midió el cortisol plasmático. El resultado se evaluó a los 3 y 12 meses de seguimiento.
Resultados: Hubo una mejora posoperatoria significativa en la puntuación total media del COMI y en las subpuntuaciones. No hubo asociación entre los niveles de cortisol preoperatorios y los síntomas depresivos o el resultado clínico. El BDI preoperatorio explicó de manera única una variación del 6 % en la calidad de vida 12 meses después de la cirugía. Los síntomas depresivos se correlacionaron significativamente con los síntomas pre y posoperatorios de dolor de espalda, pero no con el dolor de piernas.
Conclusión: En este grupo de pacientes, las puntuaciones más altas de depresión se identificaron como un predictor negativo de la calidad de vida a los 12 meses de la operación, independientemente del dolor de espalda y el dolor de piernas a los 12 meses. Los síntomas depresivos se correlacionaron significativamente con los síntomas pre y posoperatorios de dolor de espalda, pero no con el dolor de piernas. El presente estudio destaca la importancia de evaluar las medidas psicológicas en este grupo de pacientes para proporcionar un mejor manejo clínico antes o junto con el tratamiento quirúrgico.