Maryam Zare Jeddi1, Nancy B. Hopf2, Susana Viegas3 y Robert Pasanen-Kase4
La población general y los trabajadores están expuestos a una amplia gama de sustancias químicas en su vida diaria. La exposición a estas mezclas químicas depende de los diferentes entornos, vías de exposición (inhalación, piel e ingestión) y fuentes. El biomonitoreo humano (HBM) es una herramienta poderosa para evaluar la absorción de sustancias químicas en el cuerpo humano de manera holística. En este contexto, los biomarcadores de efectos se han convertido en una parte esencial de los programas de biomonitoreo porque revelan los efectos adversos de las exposiciones a sustancias químicas y también tienen en cuenta los efectos de mezclas desconocidas, el escenario de exposición humana más común. Los biomarcadores de efectos nos permiten vincular las exposiciones a sustancias químicas con sus efectos combinados sobre la salud y el desarrollo de enfermedades. Este enfoque de biomarcadores de efectos implica un cambio de paradigma necesario en la evaluación de riesgos regulatorios, desde la investigación de una sustancia química a la vez hasta la exposición a mezclas químicas. Hasta la fecha, se han validado varios biomarcadores de efectos relevantes y algunos de ellos se han implementado como parte de la vía de resultados adversos (AOP). La revisión multidisciplinaria previa realizada representa una base para mejorar la identificación de biomarcadores de efectos relevantes y sus vías mecanísticas siguiendo el marco AOP. Este enfoque ofrece una comprensión sistemática y nos permite incorporar el uso de biomarcadores de efectos y la evaluación de riesgos de mezclas químicas al uso regulatorio mediante la definición de umbrales de mezcla. Los principios rectores y ejemplos para definir umbrales de efectos relacionados con AOP para modos de acción (MoA) relevantes se elaborarán en una actividad de seguimiento de la OCDE con la participación de expertos de más de 25 institutos y organizaciones.