Camila Buttignol
Ante la pandemia de COVID19, el Hospital Público del interior del Estado de Río de Janeiro, como referencia de internación para pacientes con síntomas moderados a graves, se convirtió en un área de acceso restringido que debe tener el menor flujo posible de personas en sus instalaciones, debido a la alta tasa de contagio de la enfermedad que puede evolucionar letalmente en algunos individuos. En este escenario, la suspensión temporal de las visitas presenciales tiene efectos indeseables, tanto en los pacientes hospitalizados como en sus familiares. Por un lado, los pacientes experimentan sentimientos de aislamiento, distancia y muchas veces abandono, que pueden desencadenar cuadros depresivos reactivos, entre otras manifestaciones psíquicas nocivas y traer consecuencias incluso para el sistema inmunológico. Los familiares enfrentan dificultades personales por no tener contacto con sus seres queridos en este momento delicado. El impacto mediático termina por exacerbar sentimientos de miedo a la pérdida, fantasías de empeoramiento del cuadro clínico y omisión de información por parte de los equipos. El equipo de Psicología del Hospital ha trabajado en esta interfaz con la interdisciplinariedad, acogiendo y participando activamente en las visitas médicas de un solo familiar a la vez y evaluando como necesarias las acciones que minimicen los problemas psicológicos causados por la situación en pantalla. En este sentido, este proyecto pretende restablecer este vínculo roto por la visita familiar presencial a través de videollamadas, actualmente factible, dados los avances en el campo de las tecnologías de la información. Así, estas nuevas tecnologías se articulan con otras tecnologías de atención en vivo: el proyecto terapéutico singular.