Moyez Jiwa, Sara Asteljoki, Georgina Pagey
La geografía de países grandes y relativamente poco poblados como Australia hace que resulte atractivo el uso de tecnologías de la información cada vez más baratas para mejorar el acceso a los médicos de cabecera. La gente ya utiliza Internet para acceder a muchos otros servicios. Sin embargo, existen algunas influencias moderadoras sobre el uso de las videoconsultas en la práctica general. Entre ellas se incluyen las limitaciones técnicas, las preocupaciones por la confidencialidad del paciente, las cuestiones reglamentarias y la disposición de los médicos de cabecera a consultar a los pacientes de otra forma que no sea cara a cara. Las teorías predicen que un grupo relativamente pequeño de médicos innovadores es el que probablemente probará las videoconsultas para las consultas de rutina. Sin embargo, mucho dependerá de la investigación que demuestre que es poco probable que las videoconsultas perjudiquen a los pacientes o aumenten el riesgo de litigio; del alcance para incorporar equipos de diagnóstico en los ordenadores domésticos; de los incentivos financieros ofrecidos a los médicos y de las proclamaciones públicas de los líderes de opinión sobre la cuestión de las videoconsultas.