Nuzhat Chalisa
Hoy en día, está bien establecido que el desarrollo de la diabetes tipo 2 es el resultado de una interacción entre la composición biológica y genética individual y los factores ambientales. La diabetes tipo 2 ha aumentado desproporcionadamente en las poblaciones minoritarias. Las poblaciones no caucásicas, como los hispanos, los afroamericanos, los indios americanos y los asiáticos, tienen muchas más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 y menos probabilidades de mantener un control efectivo. Ciertas poblaciones étnicas tienen un mayor riesgo de complicaciones de la diabetes, como enfermedad de la arteria coronaria, amputaciones de extremidades, retinopatía e insuficiencia renal. Varios estudios fisiopatológicos han documentado una mayor prevalencia de resistencia a la insulina en estas poblaciones, incluso después de corregir la obesidad y los factores de estilo de vida. Según los datos de los CDC de 2017, más de 23 millones de estadounidenses han sido diagnosticados con diabetes tipo 2 y otros 7 millones padecen diabetes no diagnosticada. De los 23 millones de personas, el 15,1% son indios americanos, el 12,1% son afroamericanos, el 12,7% son hispanos y nativos americanos, el 8% son asiáticos americanos y el 7,4% son caucásicos. Entre los subgrupos asiáticos, los asiáticos del sur tuvieron la prevalencia más alta. Se ha demostrado que los asiáticos del sur tienen más resistencia a la insulina y un rápido declive de las células beta a una edad más temprana en comparación con los caucásicos. También se ha postulado que el deterioro temprano de la función de las células beta en ciertas minorías étnicas podría deberse a la desnutrición que conduce a un desarrollo pancreático anormal, sin embargo, los datos que respaldan esta hipótesis no son concluyentes. Otro factor importante es la percepción cultural de la salud. A pesar del interés académico, la participación de las minorías en los ensayos clínicos es muy escasa. La educación sobre la diabetes desempeña un papel importante en el autocontrol de la diabetes. La conciencia de la necesidad de sensibilidad cultural es el primer paso para proporcionar una educación sobre la diabetes sensible y competente. El gran alcance de la diabetes en la población minoritaria con diversos antecedentes genéticos y culturales requiere más ensayos terapéuticos que involucren a las poblaciones minoritarias y una investigación sobre la causa de la mayor susceptibilidad y esfuerzos preventivos a nivel individual y poblacional. La diversidad cultural genética debe tenerse en cuenta al elaborar las directrices. Es imperativo que los profesionales y los encargados de la formulación de políticas aborden estas disparidades étnicas con un sentido de urgencia.