La depresión y la obesidad han sido reconocidas como importantes problemas de salud pública en los jóvenes. Se han informado registros de encuestas que indican que la obesidad infantil provoca depresión entre los niños. Los síntomas incluyen pérdida de interés en los niños en sus actividades, menos horas de sueño, comportamiento antisocial, etc. Estos síntomas deben ser atendidos por los padres llevando a sus hijos a un buen médico que pueda iniciar terapias contra la obesidad y la depresión.
La depresión y la obesidad son dos problemas de salud muy desafiantes, y los científicos continúan explorando los complicados vínculos físicos y psicológicos entre ellos. No sorprende que ambos ocurran juntos. Las personas afectadas por la obesidad a menudo se sienten acomplejadas por su apariencia o sus capacidades físicas. Aunque tradicionalmente se han compartimentado como condiciones de salud físicas y emocionales separadas, la evidencia sugiere interacciones y vías comunes entre ellas, lo que implica que el tratamiento exitoso idealmente debería enfocarse en los mecanismos subyacentes compartidos.
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