Los tumores son irrigados principalmente por las arterias. A través de estos vasos podemos inyectar líquidos/partículas cargadas de quimioterapia o sustancias radiactivas. Estos tratamientos pueden ser eficaces tanto contra tumores primarios como el carcinoma hepatocelular y el colangiocarcinoma como contra tumores metastásicos como el tumor neuroendocrino, el cáncer colorrectal, el cáncer de mama, el melanoma uveal y otras áreas seleccionadas. La radiología intervencionista oncológica utiliza un proceso de ablación en el que podemos destruir tumores alcanzando temperaturas extremas después de perforar el tumor objetivo con uno o más aplicadores bajo guía de ultrasonido o tomografía computarizada.