La mayoría de los pacientes con enfermedades renales en etapa terminal se someten a un trasplante renal o renal. Es un procedimiento para colocar un riñón sano dentro del cuerpo humano o de un cuerpo receptor. Aquí están presentes dos tipos de donantes: el primero es un donante vivo, que es cualquier persona de la familia, el círculo de amigos, un colega o cualquier persona que esté dispuesta a donar un riñón para salvar una vida. Otro donante es un donante fallecido que murió recientemente. Se prefiere este tipo de cirugía para evitar la diálisis y una mayor supervivencia del paciente. Esto también implica varios riesgos, como sangrado, infección grave, rechazo de un nuevo riñón, reacción a la anestesia utilizada durante la cirugía, fracaso del donante, etc. Para evitar problemas de rechazo de un nuevo riñón, al paciente se le deben recetar inmunosupresores, por ejemplo, ciclosporina, tacrolimus. etc.