Sahithi Maneni1*
La fibrilación auricular (FA) es un ritmo cardíaco anormal (arritmia) que se caracteriza por el latido rápido e irregular de las cámaras auriculares del corazón. Habitualmente comienza con períodos cortos de latidos anormales, que se vuelven más largos o continuos con el tiempo. También puede comenzar como otras formas de arritmia, como el aleteo auricular, que luego se transforma en fibrilación auricular. A menudo, los episodios no presentan síntomas. Ocasionalmente, puede haber palpitaciones cardíacas, desmayos, mareos, falta de aire o dolor en el pecho. La enfermedad se correlaciona con un mayor riesgo de insuficiencia cardíaca, demencia y accidente cerebrovascular. Es un tipo de taquicardia supraventricular.
Los riesgos de la fibrilación auricular son la hipertensión arterial, la enfermedad valvular cardíaca, la insuficiencia cardíaca, la enfermedad de las arterias coronarias, la miocardiopatía y la cardiopatía congénita. La fibrilación auricular suele tratarse con medicamentos para disminuir la frecuencia cardíaca. La fibrilación auricular no requiere necesariamente anticoagulantes, aunque algunos profesionales sanitarios pueden indicar aspirina o un medicamento anticoagulante. Para las personas con un riesgo superior al bajo, los expertos recomiendan en gran medida un medicamento anticoagulante. Los medicamentos anticoagulantes incluyen warfarina y anticoagulantes orales directos. La mayoría de las personas tienen un riesgo elevado de sufrir un accidente cerebrovascular. Si bien estos medicamentos reducen el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, aumentan las tasas de hemorragia grave.
La fibrilación auricular es la arritmia cardíaca grave más frecuente y, en 2020, afectaba a más de 33 millones de personas en todo el mundo. En 2014, afectaba a entre el 2 y el 3 % de la población de Europa y América del Norte, frente al 0,4 al 1 % de la población en 2005. En el mundo en desarrollo, afecta a alrededor del 0,6 % de los hombres y el 0,4 % de las mujeres.
Dado que la mayoría de los casos de fibrilación auricular son secundarios a otros problemas médicos, la presencia de dolor en el pecho o angina, signos y síntomas de hipertiroidismo (una glándula tiroides hiperactiva), como pérdida de peso y diarrea, y síntomas que evoquen una enfermedad pulmonar pueden indicar una causa subyacente. Un historial de accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio, así como presión arterial alta, diabetes, insuficiencia cardíaca o fiebre reumática, pueden indicar si una persona con fibrilación auricular tiene un mayor riesgo de complicaciones.