JM Mumm, EM Bortoluzzi, LA Ruiz, MJ Goering, MJ Coffin, DT Medin, R Mazloom, M Jaberi-Douraki, MS Rooda y LE Hulbert1*
Se desarrolló un conjunto de herramientas de Manejo de Animales de Precisión (PAM) (SmartGuard; SwineTech Inc., Cedar Rapids, IA, EE. UU.) para intervenir en eventos de aplastamiento de lechones utilizando una vibración seguida de un impulso eléctrico (VIB + EI). El objetivo fue evaluar el sobresalto de las cerdas, su capacidad de afrontamiento y las respuestas de lactancia a tres estímulos de mitigación del aplastamiento: solo vibración (VIB; n = 16), VIB + EI (n = 18) o métodos convencionales (CONV; 3 palmadas en la mano; n = 18). Las cerdas fueron expuestas a un llamado de socorro de los lechones y al impulso resultante durante 6 sesiones en los días 1 a 4, en relación con el parto. Las medidas de respuesta al sobresalto incluyeron frecuencia cardíaca (FC), secreción de cortisol y comportamientos de observación en vivo. Se colocaron monitores de FC a las cerdas antes de cada sesión en los días 1 a 4. Se midió el cortisol de la sangre de la vena de la oreja (100 µL) antes de las sesiones 1 y 6, y después de las sesiones 2 y 6. Se calculó un nuevo índice de sobresalto a partir de observaciones en vivo durante las sesiones (0 = silencio, mentira; 100 = salto, morder a la cerda) y se expresó como un porcentaje. Las conductas de afrontamiento y lactancia se cuantificaron a partir de un video recopilado después de cada sesión, y después de que se recolectara sangre de la vena de la oreja los días 5, 7 y 9, en relación con el parto. El cortisol circadiano se midió utilizando muestras de sangre de la vena de la oreja AM y PM para los días 0-4, 5, 7 y 9, en relación con el parto. Una gran proporción de observaciones en vivo indicó que las cerdas CONV solo se sentaron erguidas después de los estímulos. En contraste, la mayoría de las cerdas VIB+EI se levantaron completamente (χ2=207,14; N=312; p<0,01), aunque muchas saltaron a la posición vertical (χ2=44,9; N=216; p <0,01). Tanto las cerdas CONV como las VIB+EI vocalizaron (χ2=199,19; N=312; p<0,01), pero la mordida fue una ocurrencia rara. Las cerdas VIB tuvieron el índice de sobresalto más bajo, con mínima perturbación durante las sesiones. Las cerdas CONV y VIB+EI mostraron un índice de sobresalto de 31 y 50%, respectivamente (± 2,1 SEM; p<0,01). Hubo diferencias mínimas en las mediciones de FC o cortisol entre los tratamientos (p>0,10). Después de las sesiones, las cerdas VIB+EI mostraron mayores conductas orales y permanecieron de pie que las cerdas CONV y VIB (p<0,05). Las cerdas CONV y VIB+EI mostraron conductas de lactancia y permanencia similares, que fueron menores que las cerdas VIB (p<0,05). No se observaron diferencias en las mediciones de cortisol ni en la conducta de afrontamiento y lactancia los días 5, 7 o 9 (p>0,10). Estos resultados indicaron que si la tecnología PAM sustituye a los métodos convencionales, es poco probable que los productores observen efectos a largo plazo en las conductas de las cerdas. Los resultados de este experimento se utilizaron para ajustar la configuración de los estímulos para la tecnología PAM en las explotaciones comerciales de cerdas para reducir los saltos.