Anusha Polampelli
La mortificación de los cardiomiocitos activa una respuesta inflamatoria que sirve para limpiar el músculo cardíaco dañado por la batalla de las células muertas y estimula la reparación, pero también puede prolongar la lesión. Estudios publicados recientemente han identificado a los linfocitos (IL)-1α y al ARN liberados por los cardiomiocitos muertos como señales de peligro clave que desencadenan la respuesta inflamatoria después del infarto. La IL-1 promueve la activación de una estructura proinflamatoria en los leucocitos y fibroblastos, y retrasa la diferenciación de los fibroblastos.