Ndelekwute EK*, Enyenihi GE y Akpan IP
Este artículo revisa los potenciales y desafíos que presenta el uso de recursos forrajeros para la producción de pollos. Los recursos forrajeros son cultivos plantados o que crecen de forma natural y sus formas procesadas se utilizan para alimentar a los animales. Las gramíneas, las legumbres y el forraje forman forrajes. Los cultivos de leguminosas (por ejemplo, puereia, calapagonium, centrosema, soja ) tienen un mayor valor nutritivo en comparación con las gramíneas como la hierba elefante y el maíz porque las legumbres contienen más proteínas. Se pueden procesar en heno, ensilaje y harinas o administrar como alimento fresco. Los forrajes son ricos en vitaminas y clorofila. Podrían exhibir propiedades antioxidantes debido a la presencia de carotenoides y flavonoides que son esenciales para la salud de los animales. Los principales problemas que limitan el uso de plantas forrajeras en la alimentación de los pollos son la baja palatabilidad, el alto nivel de fibra, la baja energía y el alto contenido de humedad. Además, la presencia de sustancias antinutritivas (taninos, saponinas, mimosina, inhibidor de tripsina, hemoglutininas, fitato y cianuro de hidrógeno) también puede limitar la explotación de estos forrajes. El procesamiento (como el secado, la ebullición y la fermentación) y la aplicación de enzimas podrían reducir estas limitaciones. Incluso cuando se procesan, los forrajes no deben administrarse a los pollos como alimento completo, sino como suplementos. A pesar de estas limitaciones, los recursos forrajeros tienen potencial en la nutrición de los pollos en términos de reducción de costos, maximización de ganancias y suministro sostenible de alimento. Por lo tanto, se alienta a los agricultores a incluir forrajes en el nivel complementario recomendado en la alimentación de sus pollos.