Revista de Ciencias Animales y Producción Ganadera Acceso abierto

Abstracto

Uso de diferentes tipos y cantidades de grasas dietéticas para rediseñar la carne de cerdo

Arlie D Penner, Murray L Kaplan, Lauren L Christian, Kenneth J Stalder* y Donald C Beitz

Título: Uso de diferentes tipos y cantidades de grasas dietéticas para rediseñar la carne de cerdo.

Antecedentes: El uso de dietas ricas en grasas en la producción porcina puede ofrecer varias ventajas económicas a los productores cuando las fuentes de grasa tienen un precio rentable. Debido a un menor incremento de calor, la suplementación de grasas en la dieta permite que una mayor proporción de calorías de la dieta esté disponible para la síntesis de tejidos cuando los cerdos se mantienen en la zona termoneutral o por encima de ella. Investigaciones anteriores han indicado que las dietas que tienen un aumento de ácidos grasos saturados (AGS) en la dieta causan hipercolesterolemia, desarrollo de aterosclerosis y mayor riesgo de enfermedad cardíaca coronaria en humanos. Cuando los ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) en la dieta se sustituyen por ácidos grasos saturados (AGPS), se produce una disminución de la concentración de colesterol en sangre. Esta información ha hecho que el consumidor cuestione el consumo de productos cárnicos, como la carne de cerdo, que se perciben como ricos en AGS. El objetivo de este estudio fue alterar la proporción de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) a ácidos grasos saturados (AGS) en la carne de cerdo para una mejor nutrición humana.

Métodos y hallazgos: Los cerdos fueron alimentados con grasa blanca de primera calidad o aceite de soja en un 10, 20, 30 o 40% de las calorías dietéticas totales. Todas las dietas se basaron en maíz y harina de soja. El estudio utilizó 54 cerdos con seis cerdos por tratamiento. Los pesos iniciales y de sacrificio fueron de 54 y 110 kg, respectivamente. Se tomaron muestras de músculo esquelético de los músculos longissimus dorsi, bíceps femoral y tríceps braquial . Se tomaron muestras de tejido adiposo de las capas de grasa dorsal externa, media e interna de la décima costilla , tejido adiposo perirrenal y un depósito adiposo intermuscular dentro del jamón. Se extrajeron los lípidos totales; los ésteres metílicos de ácidos grasos se formaron por transesterificación y se cuantificaron por cromatografía de gases. La adición de grasa blanca de primera calidad o aceite de soja a las dietas alimentadas a cerdos en crecimiento no alteró las tasas de crecimiento de los animales. Los PUFA de la capa de grasa dorsal de la décima costilla externa mostraron aumentos lineales (P < 0,05) cuando los cerdos fueron alimentados con dietas con un contenido cada vez mayor de aceite de soja, mientras que la grasa dorsal de los cerdos alimentados con dietas que contenían mayores contenidos de grasa blanca de primera calidad resultó en un aumento lineal (P < 0,05) de ácidos grasos monoinsaturados (MUFA). La inclusión de aceite de soja en la dieta de control baja en grasa al 30 y 40% aumentó las proporciones de PUFA a SFA (P:S) a 0,9 y 1,26 (P < 0,05), respectivamente, en el músculo longissimus . El contenido de MUFA en el músculo longissimus disminuyó en un 30% (P < 0,05) con la dieta de aceite de soja al 40%. El miristato, el palmitato y los SFA totales en el músculo longiIIssimus disminuyeron un 27 (P < 0,05), un 30 (P < 0,05) y un 29 % (P < 0,05), respectivamente, con la dieta con 40 % de aceite de soja.

Conclusiones: La inclusión de grasas blancas seleccionadas en la dieta tuvo efectos mínimos en la proporción de lípidos musculares insaturados y ácidos grasos saturados. En conclusión, las dietas ricas en grasas y ácidos grasos insaturados pueden utilizarse de manera eficaz para rediseñar la carne de cerdo para los consumidores que desean reducir su consumo de ácidos grasos saturados.

Descargo de responsabilidad: este resumen se tradujo utilizando herramientas de inteligencia artificial y aún no ha sido revisado ni verificado