Un estabilizante es un aditivo de los alimentos que ayuda a conservar su estructura. Los usos típicos incluyen evitar que las emulsiones de aceite y agua se separen en productos tales como aderezos para ensaladas; prevenir la formación de cristales de hielo en alimentos congelados como helados; y evitar que la fruta se asiente en productos como mermeladas, yogures y jaleas.